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Hermosillo

Tuesday, September 11, 2007

12 años de borrachera?

“Llevamos 12 años de una borrachera permanente de imágenes bonitas, muy en el terreno del juego, como si el objetivo fuera exhibir: Joel Montoya” Con esa frase inicia la presentación de una entrevista que el periodista Imanol Caneyada hace al Sr. Joel Montoya, publicada en el periódico “El Imparcial”, Sección “Perfiles”, el día 19 del pasado mes de agosto. No es una frase inocua, es peyorativa; es una frase corta, pero llega lejos. Soy aficionado a la fotografía y tanto por el tiempo de mi afición – 8 años -, como por el contenido de algunas de mis exposiciones – paisaje y arquitectura – y por las razones de mi actividad fotográfica – puramente lúdicas -, me siento aludido por la frase arriba anotada. Por ello, contra mi costumbre de mantenerme alejado de discusiones que normalmente no llevan a ninguna parte, como son las referidas a gustos o preferencias artísticas, por ahora me permito una excepción y opino: ¿Fotografía de imágenes bonitas? No explica con claridad el Señor Joel Montoya lo que es para él esa clase de fotografía. Para calificar al sustantivo “fotografías”, usa el adjetivo “bonitas”, cuyos alcances son imposibles de determinar de manera objetiva, pero por sus conceptos y sin cambiar sus palabras, trataremos de descubrir su intención. Corro el riesgo: Aparentemente es lúdica y banal; no registra eventos “trascendentes”; no contribuye a formar la memoria colectiva; no promueve la reflexión, el diálogo o la crítica; es festiva y visceral; etc. Pero ¿es posible con tales conceptos acercarnos a lo que para Joel Montoya son “imágenes bonitas”? ¿Es bajo esos parámetros la fotografía de paisaje natural, rural o urbano o la de flora y fauna – para poner algunos ejemplos - de “imágenes bonitas? Algunas personas que leímos la entrevista coincidimos (admito la posibilidad de error) en que aparentemente esos tipos de fotografía son, entre otros, naturales destinatarios de los comentarios del Señor Montoya, más cuando nuestra ciudad y los festivales de “Fotoseptiembre” de los últimos años, han sido escaparate de esas formas de expresión fotográfica y la comunidad relacionada con la fotografía la ha cobijado y hasta impulsado, ha participado en la “borrachera”, pues. En el otro lado, el de la fotografía de imágenes “no bonitas” estarían, sólo como posibilidades, la fotografía conceptual, la creativa, cierto tipo de fotografía en blanco y negro, el fotorreportaje, la fotografía documental histórica, la fotografía documental referida a temas más o menos trascendentes, como serían la pobreza, la marginación y el drama en cualquiera de sus manifestaciones, etc. Con independencia de la dificultad y falta de acuerdo para definir algunos conceptos como, por ejemplo, “fotografía conceptual” o “fotografía creativa”, algunas imágenes producidas dentro de esas corrientes, podrían ser más bonitas incluso, que la fotografía “bonita”. Pues bien, para tomar alguna posición en relación a los juicios del Sr. Joel Montoya, es útil formularnos – y libremente responder - preguntas como las siguientes: ¿Cuál es el propósito del arte? ¿Carece de importancia la emoción estética cuando ella proviene sólo de la belleza del objeto observado? ¿Es el placer algo trivial? ¿Es el juego (actividad lúdica) importante para el hombre? ¿Es la relación entre el observador y la obra artística objetiva o subjetiva? ¿Es cierto o falso aquello de que “en gustos se rompen géneros”? ¿Es valioso el trabajo fotográfico egoísta o ególatra si el producto es bueno? Estas y muchas otras cuestiones importan, antes de juzgar el trabajo artístico de la comunidad fotográfica durante los pasados doce años. ¿Doce años de imágenes bonitas? Las imágenes bonitas y en general la belleza, han sido siempre tema del arte. En fotografía, por ejemplo, Ansel Adams, reconocido como uno de los más grandes fotógrafos que han existido, tomó a la belleza natural de los Estados Unidos, como su tema principal. Un recorrido por las muestras de Mágnum Photo es ilustrativo del respeto que en el mundo existe por la fotografía de paisaje y el espacio que comparte con otras expresiones del arte fotográfico. En nuestro país la tradición de fotografiar belleza es rica y se nutre de fotógrafos que transitan de una temática a otra con singular facilidad; entre otros Gabriel Figueroa, Álvarez Bravo y Luis Castañeda. En Sonora es indiscutible la influencia que en los jóvenes ha tenido Guillermo “Memo” Moreno. Ha recogido la belleza de nuestras montañas, desiertos y playas y es quien más labor educativa y de difusión ha hecho, pues constantemente imparte cursos para fotógrafos principiantes, medios y avanzados. Algunos de sus alumnos “crecen”, otros no tanto, pero, en todo caso, pasan a formar parte de un público mejor informado; luego contribuyen al compartir su recientemente adquirida cultura fotográfica. No es poca cosa. ¿Una borrachera permanente de imágenes bonitas? En las borracheras hay borrachos; ¿quienes son o somos los borrachos? ¿Los fotógrafos? ¿Los maestros de fotografía? ¿El público? ¿Las instituciones que han apoyado a quienes han o hemos optado por hacer y exponer fotografía con imágenes “bonitas”? ¿Las escuelas que han promovido cursos donde se enseña también a tomar ese tipo de imágenes? No creo que haya una borrachera y tampoco borrachos. Simplemente existe un grupo de fotógrafos, maestros, instituciones, escuelas y público con un gusto distinto al del Señor Joel Montoya. También existen, seguramente, quienes comparten – o quizás compartimos - su gusto, sea cual sea; así de libre es el gusto. Es posible que Joel Montoya sea más incluyente de lo que su artículo hace parecer. Si tal es el caso, las palabras escogidas, la construcción de la frase y el énfasis periodístico que en ella se puso, fueron desafortunados. Pudo haberse dicho, sin ofender, que “Fotoseptiembre” se ha quedado estancado en un número limitado de opciones fotográficas; que los temas se repiten; que faltan exposiciones de autores de otros lugares, con los cuales confrontarnos y de los cuales aprender; que la calidad de la obra y de su presentación en ocasiones es pobre y hasta deplorable. Todo es cierto, pero no podemos por ello referirnos en forma peyorativa o despectiva a cierto tipo de preferencias fotográficas, distintas a las nuestras en cuanto a propósitos, tema, técnica, composición, etc. Tenemos un enorme campo de oportunidades para contribuir en el mejoramiento de “Fotoseptiembre” y para impulsar el arte fotográfico en Sonora, siempre y cuando lo hagamos con modestia y respetemos el trabajo y las preferencias de los demás, respeto que comienza por el lenguaje utilizado. Las opiniones del Señor Joel Montoya - y su publicación -, como las de cualquiera, son respetables, pero se pasa al terreno de lo discutible y hasta confrontable, cuando con ellas se afecta directamente a una persona o grupo de personas y sirven de sustento a acciones públicas, como son las que realiza el Instituto Sonorense de Cultura (ISC). Nos referimos a las siguientes acciones realizadas por o con la participación del ISC: 1. El ISC participa activamente en la promoción y organización de “Fotoseptiembre”, lo que aplaudimos en la medida en que ello contribuye al fortalecimiento y mejoramiento del evento, el cual, debemos recordar, inicia en nuestra ciudad en el año de 1994, con una activa participación de la comunidad fotográfica (fotógrafos, laboratorios, salas de exposición, escuelas, etc.). “Fotoseptiembre” llega como una promoción del “Centro de la Imagen” y en nuestra ciudad tuvo un éxito inicial sin precedentes: más de setenta exposiciones. En aquel año colaboraron en la organización en forma destacada el propio Joel Montoya, Memo Moreno, Irma Casas, Juan Casas y Elsa Mori, entre otros. A partir de entonces, cada año los interesados en dar a conocer su obra fotográfica, esperaron el mes de septiembre para presentar exposiciones. Para ello recibieron el apoyo de instituciones públicas y de la iniciativa privada, quienes les proporcionaron sus espacios. Así lo hicieron, para mencionar sólo algunas, la Universidad de Sonora, la Casa de la Cultura, el propio Instituto Sonorense de Cultura, la Comisión Federal de Electricidad, la Casa de las Imágenes, Galería Nagano, Kiosco del Arte, Café Galería Cesaretti, etc. “Fotoseptiembre” se caracterizó en nuestra Ciudad y a contrapelo de ciertos intereses, por ser un evento de autogestión, concurrente y abierto, de naturaleza democrática. Fue un ejercicio de coparticipación y corresponsabilidad, con todos los riesgos que este tipo de ejercicios más o menos espontáneos conllevan. ¿Que la calidad fue irregular? si, lo fue; ¿que se expusieron hasta fotografías de cumpleaños? también es cierto; ¿que innumerables exposiciones no dejaron nada valioso y mejor habría sido que no se hubieran presentado? es absolutamente cierto. Son todos riesgos que en aras de una mayor participación, bien vale la pena correr. Para paliar esos males es que se necesita la integración al proceso del ISC. Esa integración debe ser mesurada, responsable e incluyente. 2. El ISC convocó a un concurso de cartel fotográfico para promover “Fotoseptiembre” en este año 2007 y luego de recibir casi ochenta propuestas, lo declaró desierto bajo el argumento de escasa calidad de la obra concursante. En opinión de algunos participantes, no quedaron claros procedimientos y criterios. El ISC autorizó un cartel fuera de concurso, el cual, supongo, consideró suficientemente bueno y por supuesto, mejor que todos los trabajos recibidos. No se si el cartel es mejor o peor que los trabajos presentados a raíz de la convocatoria, aunque sí puedo señalar, en ejercicio de la libertad de crítica y como opinión personal, que adolece de fallas conceptuales y de comunicación que lo descalifican. En todo caso, es posible que el ISC haya corrido un gran riesgo, posiblemente innecesario, al declarar desierto el concurso, retener los premios y seleccionar un cartel fuera de competencia, sin criterios y procedimientos claros para todos. 3. El ISC invitó a una reunión que se llevó a cabo en sus oficinas el día 15 de agosto, en la que presentó a algunos fotógrafos que atendimos la invitación, su proyecto para “Fotoseptiembre” 2007. En esa reunión el Señor Joel Montoya hizo un diagnóstico del estado actual de la fotografía en Sonora, que coincide, en lo fundamental, con las opiniones expresadas en la entrevista publicada en “El Imparcial” cuatro días después. Con base en el diagnóstico del Señor Montoya y por medio del Señor Carlos Licón (recientemente ganador del concurso de “Fotografía Creativa” convocado también por el ISC), el Instituto formuló a los fotógrafos algunas propuestas, entre otras: a) Que en “Fotoseptiembre” de este año solamente se presenten tres exposiciones colgadas, a cargo de fotógrafos foráneos invitados por el ISC, con el propósito de enriquecer la cultura fotográfica en el Estado. El invitar a expositores foráneos de reconocida calidad, bajo el patrocinio del Estado, indudablemente es una propuesta valiosa y enriquecedora, pero sólo en la medida en que no se limite y mucho menos se excluya, la participación de los fotógrafos sonorenses. Con la comunidad fotográfica local, “Fotoseptiembre” ha evolucionado en un marco democrático y de autogestión. También es importante que los expositores invitados no respondan a los compromisos, amistades, intereses y gustos personales de los que forman parte o tienen acceso al ISC, pues en todo caso, el Instituto debe atender a los gustos y necesidades de la comunidad, sin renunciar a su compromiso de elevar los niveles de calidad y variedad de la obra presentada; para eso cuenta con presupuesto y personal calificado. Aunque es su deber conjuntar esfuerzos con la comunidad, debe cuidarse de no transferir o subrogar sus responsabilidades. b) Que los fotógrafos sonorenses participemos con unas cuantas fotografías con las que se preparará un “audiovisual” que luego será presentado por el ISC. Las fotografías participarán también en un concurso y las mejores serán premiadas. Esta propuesta se opone a la tradición democrática de “Fotoseptiembre”; no se respeta el trabajo realizado por fotógrafos que con anticipación han preparado sus exposiciones (a algunos se les pidieron espacios previamente negociados); se minimiza el trabajo fotográfico de los artistas locales, destinado a ser mostrado precisamente como fotografía y no mediante un audiovisual, sea cual sea su calidad y en suma, se ofende a los fotógrafos sonorenses. No obstante, a nuestro juicio la propuesta sería aceptable si fuese presentada a los fotógrafos como invitación a participar con su trabajo en la elaboración del audiovisual, como una actividad más de “Fotoseptiembre”, aunque hay otras formas, incluso mejores, conforme a las cuales el ISC puede contribuir a elevar la calidad del festival. Las propuestas señaladas no fueron aceptadas por la mayoría de los asistentes no comprometidos con su elaboración y presentación. Los fotógrafos reivindicamos en la reunión, nuestro derecho a un “Fotoseptiembre” libre e incluyente, si bien se reconoce la necesaria intervención del ISC para elevar la calidad del festival. En resumen: a) El tema de la obra fotográfica y el gusto por la misma, entran en los campos de libertad y subjetividad del autor y del observador. b) El buen arte y el mal arte se determinan por la calidad de la obra, a partir de criterios tan objetivos como sea posible. El gusto por el tema, la técnica y el estilo, es un criterio subjetivo y no es útil para evaluar la calidad del arte. c) El ISC debe asumir y cumplir su responsabilidad de impulsar el arte - en el caso el fotográfico - y de apoyar a los artistas, con respeto a éstos y al público, sin caer en un protagonismo excesivo que limite la participación democrática y corresponsable de la sociedad civil. Carlos Joel Arnaut Estardante Hermosillo, Sonora, 5 de septiembre de 2007. Carlos_arnaut54@hotmail.com

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